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Quizás crees que por tener una pequeña empresa, sin negocios de talla internacional o publicidad en los medios, no tienes que preocuparte por temas como un registro de marca, sin embargo, al no estar al tanto del nombre de tu marca, puedes estar violando de forma inadvertida los derechos de autor de otras empresas, quienes podrían demandarte y simplemente te obligarán a descartar todo aquello que ellos consideran como un plagio de su imagen, es decir, que perderías todo el tiempo y dinero invertido. El problema inicia cuando el empresario o emprendedor no quiere invertir recursos en registros y abogados porque consideran que son cosas extremadamente costosas, de la misma manera en que lo sería un doctor especialista, pero debido a esta actitud corren el riesgo de ser demandados o invertir en una marca, colores o logos que sencillamente no podrán usar a futuro en sus empresas u organizaciones. Lo antes mencionado puede realizarse de manera rápida y sencilla, preferiblemente a través de expertos con conocimientos sobre toda la temática legal para evitar cometer equivocaciones, errores y/o fallas de cualquier índole. Es importante conocer los productos o servicios que se desean proteger realmente y esta parte puede ser un poco complicada, ya que se debe conocer la clase específica y registro para cualquier producto. Una cosa es la marca que se encuentra ligada al producto, como el empaque en que se entrega el mismo, y otra el sitio físico donde se comercializa ese producto. Es de suma importancia detectar las clases correctas.