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La marca es el arte de distinguir un producto o servicio de sus competidores. Es el término para la creación de una personalidad reconocible, que la gente recuerde y pueda reaccionar a ella. Una empresa con una mala imagen de marca es tirar dinero en marketing. ¿Por qué? Porque sin un mensaje claro y preciso, las empresas débiles en marca son invisibles. Nadie se acuerda de ellos y se mezclan. Se convierten en más que otro remolino de la hoja en el viento, en medio de todos esos mensajes de marketing que los consumidores ven cada día. El descubrimiento de su marca Con demasiada frecuencia, la gente trata de inventar una marca para su empresa. Sin embargo, una marca no es algo que soñar, es algo que descubrir. En concreto, se trata de algo que tiene que descubrir sobre sí mismo. Es cierto que la marca debe basarse únicamente en la misión y la cultura de la organización. Cuando las personas tratan de crear la marca separada de la propia empresa, el resultado puede ser la comercialización pretenciosa, cliché o ambigua. Se diluye el mensaje. En su lugar, una marca debe reflejar el plan comercial de la empresa, su misión y sus valores. Tiene que ser auténtico. Por lo tanto, cuando se marca a una empresa (o cualquier otra cosa para esa materia), que está tratando de captar su identidad central. Tienes que mirar más allá del desorden y la opinión y destilar tu verdadera esencia.